Veinte de marzo

Poema incluido en el libro Veintinueve días de abril y marzo (DisparaLaPalabra, 2012).

Me asfixia el humo, el cemento,

ver caer el polvo hasta que lo cubre todo,

incluso mi sombra.

 

Me despierto de un sueño en el que tengo todos los huesos de cristal.

 

En la calle los autobuses vomitan tristeza

y los peatones cruzan mirando hacia otro lado.

Tal vez hoy tengamos suerte.

 

Un viejo se sienta junto a un árbol.

Tiene pesadillas por las noches, ya no recuerda

cuándo empezaron,

como si siempre hubiesen estado allí.

 

La acera es gris y la gente también.

 

Aunque, es cierto, a veces alguien se sobrepone

y la esperanza crece en la basura

pero que no cunda el pánico,

ya se encargará la policía de ella.

Esta vez tampoco habrá que pensar.

 

Por las ventanas se cuela el olor de libros quemados.

El odio es mezquino

y muerde a quienes se agarran a las farolas,

a las que no se resignan al naufragio,

a quienes prefieren la incertidumbre

o el dolor

que seguir durmiendo.

 

Hace frío aquí afuera.

Mañana será primavera.

 

Adrián Bernal.

Acerca de Adrián Bernal

Flâneur de periferia

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